RECOMENDACIONES
PARA LA MEJORA EDUCATIVA EN LA PREVENCION Y ATENCION DEL BULLYING.
El bullying es un problema que nos involucra a todos los educadores,
padres o maestros, desde dónde nos encontremos, tenemos la obligación y la
responsabilidad de atenderlo. Me parece muy importante como punto de partida,
que asumamos que el docente es educador, implicando esto, que es ejemplo, que
forma actitudes, que vive los valores que muestra a sus alumnos, que favorece
la convivencia, que reflexiona, que es agente de cambio social, es decir, su
función educativa va mucho más allá que ser transmisor de conocimientos. Desde
este enfoque, es que me parece pertinente, hablar de responsabilidad y
compromiso para prevenir e intervenir en el problema del bullying en la escuela.
Es importante identificar algunos principios pedagógicos que debemos
considerar para la intervención educativa para la prevención de la violencia
escolar:
v
Recordar que educar es
prevenir.
v
Para evitar o prevenir la
violencia escolar, es necesario mejorar la convivencia escolar.
v
Debemos tener presente una
intencionalidad educativa.
v
Conocer y delimitar nuestro
campo profesional
v
Trabajar los contenidos de
actitud en forma sistemática, constructiva y coherente, sin coacción.
v
No
permitir de ninguna manera, conductas agresivas e irrespetuosas.
Tener claros estos principios nos ayudará a dirigir nuestras acciones
hacía un propósito definido y cuando sea necesario reconocer nuestros límites
profesionales y canalizar correctamente a nuestros alumnos con los
profesionistas o las instituciones indicadas.
El bullying es un problema de origen multifactorial, debemos identificar
las posibles causas tanto para identificarlo como para atenderlo. Estas
factores a considerar son : las características personales tanto del chico o
chica agresor ó víctima de la situación, el ambiente familiar, el ambiente
escolar, el contexto social, la influencia de los medios de comunicación y de
las nuevas tecnologías que rodean a nuestro alumno o hijo.
De la estabilidad, funcionalidad, agresión, violencia o sana convivencia, que se viva en estos ambientes que rodean al niño o adolescente, podemos intuir y tener un primer acercamiento para la identificación del bullying.
De la estabilidad, funcionalidad, agresión, violencia o sana convivencia, que se viva en estos ambientes que rodean al niño o adolescente, podemos intuir y tener un primer acercamiento para la identificación del bullying.
Por otra parte estar atentos para no confundir conductas de indisciplina,
falta de control del grupo, problemas de atención, de aprendizaje, de
integración con una situación de bullying. Todos estos problemas requieren de
atención y algunos de ellos pueden favorecer la violencia o acoso escolar. Para
hablar de bullying debemos observar las siguientes características:
Ø
Se presentan conductas como:
burlas, amenazas, intimidaciones, agresiones físicas, aislamiento sistemático,
insultos entre pares.
Ø
Origina problemas que se
repiten y prolongan durante cierto tiempo.
Ø
Suele estar provocado por un
alumno apoyado generalmente en un grupo, contra una
víctima que se encuentra indefensa y no puede salir por sí misma de esa
situación.
Ø
Se puede realizar a través de
dispositivos electrónicos tales como teléfonos celulares, computadoras, redes
sociales. Esta modalidad recibe el nombre de ciberbullying.
Es decir:
1. Intencionalidad.
2. Constancia, se prolonga en el tiempo.
3. Desequilibrio de fuerzas.
2. Constancia, se prolonga en el tiempo.
3. Desequilibrio de fuerzas.
Son tres los protagonistas del bullying y todos ellos requieren de
atención y trabajo educativo. Estos son los adolescentes agresores, los
víctimas y los espectadores. Me parece pertinente comentar que estamos frente a
seres humanos únicos, con necesidades, anhelos, sentimientos y circunstancias
personales que merecen nuestra atención y compromiso para permitirles una vida
plena. Por esta razón, vale cualquier esfuerzo que se haga por ayudarles a
superar esta situación, con un trato digno y respetuoso que lo lleve a crecer
como persona integra.
A continuación se puntualizan algunas conductas características de cada
uno de los protagonistas del bullying así como algunas acciones educativas :
En el caso
del alumno o alumna víctima.
Conductas
características
|
Acción educativa
|
v Miedo
v Trastornos psicosomáticos
v Dificultades para comunicarse
v Tendencia a la depresión
v Posible fracaso o baja escolar
v Baja autoestima
v Aislamiento
v Inseguridad
v Daños físicos en él o en sus pertenencias
|
v Escucharlo
v Creerle, apoyarlo, denunciar
v Trabajo conjunto familia – escuela
v Conocimiento del tema
v Evitar sentimiento de venganza o rencor
v Establecer nuevas relaciones sociales
v Potenciar sus cualidades y habilidades
v Fortalecerlo física y mentalmente
v Evitar la sobreprotección
|
En el caso
del alumno o alumna agresor.
Conductas
características
|
Acción educativa
|
v Abuso de poder o fuerza
v Conductas antisociales
v Falta de autocontrol
v Ausencia de culpa
v Falta de habilidades para la convivencia
v Posible víctima de violencia y agresiones
v Inseguro
v Necesidad de reconocimiento y afecto
|
v Hablar con él claramente sobre
su conducta
v Cumplir normas y límites
v Trabajo conjunto familia – escuela
v Reconocerle cualidades y logros
v Asumir consecuencias evitar agresiones y
violencia hacía él
v Clarificar valores y sentimientos
|
En el caso
de los espectadores.
Conductas
características
|
Acción educativa
|
v Presencian la violencia o acoso
que se ejerce sobre sus compañeros sin tomar partido
v No saben que hacer frente a estas
situaciones
v Se sienten muy incómodos e inseguros frente
a ésta situación
|
v Denunciar con sus padres y
maestros. Romper el código del silencio.
v Apoyar a sus compañeros que son víctimas de
la agresión
v Vivir el respeto, la honestidad, la amistad.
v Pensar en cómo se sienten los demás
v Evitar hacer a otros lo que no le gustaría
que le hicieran
v Convivir en armonía con los demás decidir
actuar de acuerdo a sus principios y valores
|
Algunas recomendaciones para detectar el bullying son la observación
atenta y sistemática de los maestros hacía sus alumnos, evitar abandonar el
salón de clases, estar presentes durante los recreos en los patios, pasillos y
baños, identificar el uso de apodos ofensivos, identificar a aquellos alumnos
que no participan en actividades grupales, en salidas educativas, que no se
relacionan con los demás. Aquellos de los que sus compañeros siempre se burlan.
Una señal muy importante es el ausentismo constante, cuando el alumno comenta
que le roban cosas o bien se las maltratan. Cambios inexplicables de estado de
ánimo, se le ve triste, con lágrimas contenidas al hablar, quejas como dolor de
cabeza o estómago, evidencias físicas de violencia.
Una vez que se identifican algunas de éstas características es
importante intervenir de inmediato, establecer contacto con la familia y con
las autoridades escolares para definir un plan de apoyo y fortalecimiento para
la víctima, una sanción y consecuencias para el agresor, así como también, la
atención que requiere para controlar y evitar esta conductas violentas y
finalmente un trabajo grupal para contener estas agresiones entre pares. Como
mencioné en un principio, la estrategia fundamental para evitar estas
situaciones será generar un ambiente de convivencia y respeto entre los
alumnos, apelando a los valores que nos lleven a la aceptación y tolerancia,
entendida ésta última, como la relación armónica de nuestras diferencias.
Además del respeto, la responsabilidad, la honestidad, la amistad y la
compasión entre otros.
Algunas sugerencias para generar este ambiente de convivencia y armonía
sería trabajar los derechos humanos y los de los niños, fortalecer líneas de
autoridad en casa y escuela, desarrollar habilidades y competencias sociales,
trabajar la resolución creativa de conflictos, fomentar la participación de los
niños y jóvenes en la solución de problemas sociales, dar una educación
ciudadana y promover la denuncia y oposición constante frente a cualquier tipo
de a violencia.
Para lograr lo anterior los maestros debemos tener información veraz y
completa sobre el bullying, involucrarnos en el tema, sabiendo que la
responsabilidad es de todos, observar constantemente a nuestros alumnos para
intervenir a tiempo, ser ejemplo y no recurrir para nada a la agresividad o a
la violencia, vivir los valores que enseñamos y participar en nuestra comunidad
escolar y social. En dos palabras: vocación y compromiso.
Siempre hay que prestar
atención a lo que nos dice el alumnado y creer en la percepción subjetiva de la
vivencia de sufrimiento del alumno o alumna, aunque no se haya podido
contrastar o verificar.
Hay que creer en lo que
nos cuenta la persona que sufre y ponerse en su lugar. Es necesario intervenir
de forma inmediata, con la confianza de saber que si está ocurriendo, hemos
hecho
lo correcto y si no está
sucediendo es un motivo o excusa para la prevención del acoso escolar, siempre
desde la perspectiva de valorar las intervenciones como actividades educativas.
Somos las personas
adultas, que conocemos la supuesta problemática, responsables de
encauzar las respuestas
y somos corresponsables de las consecuencias de proceder con negligencia sin
tomar medidas inmediatas individuales.
Se debe garantizar la confidencialidad, pues
la información debe trascender sólo al profesorado implicado en la situación.
No deben comentarse las
medidas con las otras partes, ni con las otras familias. Los documentos deben
conservarse en los expedientes y custodiar todas las comunicaciones.
El profesorado debe
tomar medidas educativas y de protección inmediatas.
Finalmente las consecuencias, para los alumnos involucrados, de la no
intervención frente al bullying o el tratamiento no adecuado podrán ser las
siguientes: baja autoestima, inseguridad personal, baja en el rendimiento
escolar, conductas agresivas o violentas, conductas antisociales, adicciones,
deserción escolar, delincuencia, ansiedad o depresión y en algunos casos llegar
hasta el suicidio.
Por todo lo anterior no podemos dejar pasar el problema del acoso
escolar sin intervenir y sin trabajar para prevenirlo. Por un solo chico ¡vale
la pena!
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