lunes, 22 de abril de 2013

Introducción





 

PROYECTO ESCOLAR:

TODOS CONTRA EL BULLYING.

Diplomado IAVA.IX. Sistema de Educación Virtual

ASESOR: DOCTORA XOCHITL RUIZ

 

 

AUTORES:

PROFESOR: JOSE MARTIN GARCIA GUZMAN

PROFESOR: JULIO SILVA MEDINA

PROFESOR: VICTOR FERNANDO ZAIZAR TORRES

PROFESOR: JAVIER HERNANDEZ

PROFESOR: JOSE DE JESUS DE LA CRUZ BERNARDINO

EL BULLYING

 




Acoso escolar (también conocido como hostigamiento escolar o por su término inglés bullying) es cualquier forma de maltrato psicológico, verbal o físico producido entre escolares de forma reiterada a lo largo de un tiempo determinado. Estadísticamente, el tipo de violencia dominante es el emocional y se da mayoritariamente en el aula y patio de los centros escolares. Los protagonistas de los casos de acoso escolar suelen ser niños y niñas en proceso de entrada en la adolescencia (12-14 años), siendo ligeramente mayor el porcentaje de niñas en el perfil de víctimas.
El acoso escolar es una forma característica y extrema de violencia escolar.

El acoso escolar es una especie de tortura, metódica y sistemática, en la que el agresor sume a la víctima, a menudo con el silencio, la indiferencia o la complicidad de otros compañeros.[1]

Este tipo de violencia escolar se caracteriza, por tanto, por una reiteración encaminada a conseguir la intimidación de la víctima, implicando un abuso de poder en tanto que es ejercida por un agresor más fuerte (ya sea esta fortaleza real o percibida subjetivamente) que aquella. El sujeto maltratado queda, así, expuesto física y emocionalmente ante el sujeto maltratador, generándose como consecuencia una serie de secuelas psicológicas (aunque estas no formen parte del diagnóstico); es común que el acosado viva aterrorizado con la idea de asistir a la escuela y que se muestre muy nervioso, triste y solitario en su vida cotidiana. En algunos casos, la dureza de la situación puede acarrear pensamientos sobre el suicidio e incluso su materialización, consecuencias propias del hostigamiento hacia las personas sin limitación de edad.

El objetivo de la práctica del acoso escolar es intimidar, reducir, someter, amedrentar y consumir, emocional e intelectualmente, a la víctima, con vistas a obtener algún resultado favorable para quienes acosan o satisfacer una necesidad imperiosa de dominar, someter, agredir, y destruir a los demás.

Con mucha frecuencia el niño o niña que acosa a otro compañero suele estar rodeado muy rápidamente de una banda o grupo de acosadores que se suman de manera unánime y gregaria al comportamiento de hostigamiento contra la víctima. Ello es debido a la falta de una autoridad exterior (por ejemplo, un profesor, un familiar, Papa, Mama, etc.) que imponga límites a este tipo de conductas, proyectando el acosador principal una imagen de líder sobre el resto de sus iguales seguidores.

A menudo la violencia encuentra una forma de canalizarse socialmente, materializándose en un mecanismo conocido de regulación de grupos en crisis: el mecanismo del chivo expiatorio. Destruir al que no es seguidor, al que se resiste, al diferente, al que sobresale académicamente, al metido de férreos principios morales, etc.

 Tipos de acoso escolar


Los profesores Iñaki Piñuel y Zabala y Araceli Oñate han descrito hasta 8 modalidades de acoso escolar, con la siguiente incidencia entre las víctimas:[2]

  1. Bloqueo social (29,3%)                                          
  2. Hostigamiento (20,9%)
  3. Manipulación (19,9%)
  4. Coacciones (17,4%)
  5. Exclusión social (16,0%)
  6. Intimidación (14,2%)
  7. Agresiones (13,0%)
  8. Amenazas (9,1%)

El agresor: características psicológicas y entorno familiar

Artículo principal: Acosador.

Aunque el acosador escolar no tiene por qué padecer ninguna enfermedad mental o trastorno de la personalidad grave, presenta normalmente algún tipo de psicopatología. Fundamentalmente, presenta  ausencia de empatía y algún tipo de distorsión cognitiva.

La carencia de empatía explica su incapacidad para ponerse en el lugar del acosado y ser insensible al sufrimiento de este.

La presencia de distorsiones cognitivas tienen que ver con el hecho de que su interpretación de la realidad suele eludir la evidencia de los hechos y suele comportar una delegación de responsabilidades en otras personas. Así, normalmente responsabiliza de su acción acosadora a la víctima, que le habría molestado o desafiado previamente, con lo que no refleja ningún tipo de remordimiento respecto de su conducta (los datos indican que, aproximadamente, un 70% de los acosadores responden a este perfil).

La psicología actual, por otra parte, identifica en los acosadores escolares la existencia probable de una educación familiar permisiva que les puede haber llevado a no interiorizar suficientemente bien el principio de realidad: los derechos de uno deben armonizarse con los de los demás. La consecuencia es la dificultad para ponerse en el lugar del otro por una carencia de altruismo vinculada a un ego que crece a costa de los demás, meros instrumentos a su servicio, y que tiene un umbral de frustración muy bajo. Algunos autores denominan a este tipo de niño como niño tirano.

El niño mal educado en la familia probablemente reproducirá en la escuela los hábitos adquiridos. Ni respetará, ni empatizará con los profesores, ni con sus compañeros. Sus frustraciones quizá le lleven a elegir un cabeza de turco. A menudo será aquel compañero que le haga patentes sus limitaciones y carencias, o que, simplemente, le parezca vulnerable.[3]

El entorno escolar

Se puede dar el caso de que la ausencia en clase (o, en general, en el centro educativo) de un clima adecuado de convivencia pueda favorecer la aparición del acoso escolar. La responsabilidad al respecto oscila entre la figura de unos profesores que no han recibido una formación específica en cuestiones de intermediación en situaciones escolares conflictiva, y la disminución de su perfil de autoridad dentro de la sociedad actual.

Referencias

               Acoso escolar-Wikipedia la enciclopedia libre

1.       José Sanmartín, "Violencia y acoso escolar", pág. 13.

2.       Cf. el trabajo de Iñaki Piñuel y Araceli Oñate (2007).

3.       José Sanmartín, art. cit., pág. 14.

Bibliografía

  • Piñuel, I. y Oñate, A. (2007). Mobbing escolar: Violencia y acoso psicológico contra los niños. Madrid:CEAC.
  • Sanmartín, J. (2007). "Violencia y acoso escolar". Mente y Cerebro, 26:12-19.
  • Piñuel, I. y Oñate, A. (2006) "Test AVE, Acoso y Violencia Escolar, Madrid 2006, TEA Ediciones, ISBN: 84-7174-858-4.
  • Piñuel, I. y Oñate, A. (2007) Acoso y Violencia Escolar en España: Informe Cisneros X, Madrid, 2007, IIEDDI, ISBN: 978-84-611-4842-4.


Enlaces externos


 


JUSTIFICACION:

Por lo anterior y en vista de la creciente presencia de esta actividad de acoso y tortura en los centros escolares, se hace necesario que cada centro escolar ponga en práctica una serie de programas específicos que enfrente y ayuden a combatir de manera directa y frontal el desarrollo de estas practicas que poco a poco o de manera rápida van degradando la integridad, autoconfianza y autoestima en quienes son sometidos a este tipo de torturas de diversa índole.

Los centros escolares y su personal, directivos, docentes, personal de apoyo e intendencia, no podemos cerrar los ojos y dejar pasar desapercibidamente esta practica del bullying, es hora y de manera urgente que lo enfrentemos como y hasta donde nos corresponde.

Recordemos que somos educadores entre otras cosas, y parte de esa educación y pilar fundamental es la educación en valores, que como personas y miembros de una sociedad cada vez más  demandante debemos tener presentes y fomentar cada día de nuestras vidas, evitando así la aparición, desarrollo y fomento de practicas que antagonizan totalmente con los valores humanos, como es la practica y desarrollo del Hostigamiento escolar o Bullying.